sábado, 28 de noviembre de 2009

A CARCAJADAS



Moises Pascual-Panamá

Es hora de que te quites
ese ceño fruncido, Poesía.
De que te quites esa cara seria
de muerto triste.

Ríe a carcajadas, Poesía.
Juega, vive...
Qué no te ate la belleza
de los locos formales.
Que no te enjaulen
los críticos
como a un perico manso.

Tómale el pelo
al idiota ese que te lee
y te mira con cara de bobo
complacido
sin entender un carajo.

Sácale la lengua.
Hazle así con el dedo...
Dile que se saque el corcho.
Despúes de todo...
¿Quién eres
Oh diosa de la alegría.

Ríe Poesía, juega, vive, corre,
salta como un bello animal salvaje.
Haz lo que quieras.
Desnúdate en el escenario de la vida.

domingo, 22 de noviembre de 2009

RON


Eyra Harvar-Panamá

Nunca ha sido una respuesta
la clave del juego,
sino la pregunta
que se atreve a buscar
en las granadas del ron
la esquirla que acierte
en un tiempo interrogante,
maldito,
provocador.

jueves, 5 de noviembre de 2009

El club de los cobardes



Sebastian Miranda Brenes-Costa Rica

"...y para qué arreglar autos y tener simpatías
y luego casarse y tener hijos que también sueñen que viven
y tengan que sufrir, ir a la guerra o luchar
o deseperanzarse por simples sueños..."
E. Sábato

Evadir es la costumbre que tenemos algunos para alivianar el peso del mundo.
Dejamos las trincheras, abandonamos la familia, damos la espalda al amor.
No por eso, estamos destinados al exilio, a la cámara de gases, al infierno o al purgatorio.
Sin embargo, sí merecemos que nos llamen cobardes. Palabra para los que sabemos que todo colapsa y no podemos hacer nada.
Los cobardes nos ocultamos en las calles, llevamos ojeras como medallas, ceniceros saturados, el sonido de botellas vacías, apilamos periódicos, libros de segunda por los que creemos saber del universo.
Los cobardes somos bautizados con vino.
Engañamos y nos dejamos engañar, matamos y abrimos los brazos a nuestros asesinos, nos posamos como perros a las puertas de habitaciones vacías.
Los cobardes creamos la indiferencia, la ironía, portamos genes misántropos, olvidamos los recuerdos en los trenes, amanecemos en tumbas abiertas.
Los cobardes lanzamos los ojos por precipicios y nos sumergimos en la soledad como lagartos.