Ahmad Elshahawy (Egipto)
DUELO POR UNA CANCIÓN
“De
nada sirves –escribió-,
un
camino trillado eres,
un
número atado a la cola de un caballo,
una
tumba fría,
abandonado
en el infierno,
un
árbol sin corteza en el desierto,
un
hilo sin aguja,
una
puerta quemada rumiando las manos que alguna vez la
han
tocado,
un
pájaro aterido por el derrame del sol,
letra
muerta,
un
libro caído del collar de una paloma,
línea
aislada en busca del punto,
una
montaña desnuda nadando en las nubes,
espejo
oscuro abandonado por una mujer,
un duelo por una canción,
el frufrú de seda apagado”.
¿A
dónde me lleva la puerta cerrada? –me pregunté-.
¿Se
librarán los nombres con solo mover los hombros?
¿Se
librará la coma del punto y coma?
¿Se me caerá el mundo encima?
Me
acogeré otra vez al ritmo,
a un
silencio heredado de mi madre,
me
libraré de verte,
y se librará el alma de hablar
a una sola letra
de tu nombre.