Ficción
desde la Historia
Territorio de orugas (o “Mariposas con el síndrome de Peter Pam”), de David C. Róbinson O., libro ganador del Premio
Nacional de Cuento “José María Sánchez” 2013, publicado en el 2014 por la
Universidad Tecnológica de Panamá, reúne seis cuentos breves y de mediana extensión
para un total de sesenta páginas.
Dado que son pocos y breves, reseñaré
con fondo histórico cada cuento del libro, a saber:
La historia de la yuca
(ps 9-17). Cuento polifónico y teatral. Natural de Hispania en tirantez con el
moro arraigado, aparece luego en América como conquistador que despoja, impone
religión y mata a nativos en masa. “¿Crees en la cruz o quieres que use mi
espada?” (p. 13). Luego, el foráneo trae la negritud y da lugar al mestizaje,
incrementa el conflicto y el humor subyace en la narración. La yuca también es personaje,
substancial a la identidad del nativo y del africano frente al trigo traído por
europeos. Pero, si los moros dominaron Hispania; si Hispania colonizó, mató y
robó en América, el criollo reclamó su turno y expulsó al español. Y enseguida,
las garras del joven imperio gringo. Singular síntesis histórica: “De yuca
hervida, a yuca frita, y ahora yuca con kétchup” (p. 17).
La espuma (ps
19-22). El canal del Panamá, jocoso, cuenta su historia: “…yo no fui parido,
fui construido.” (p. 19). Y dice dramático: “…no bastaron los metales
preciosos, también buscaron adueñarse de las almas” (p. 20). Preámbulo de
bandos tradicionales enfrentados, intereses que siempre paren guerras. Y el
trasfondo de todo mega-proyecto: “En nombre del beneficio del mundo engordaron
las miserias” (p. 21). De su construcción al imperio de la base gringa, las
voces y ardores estudiantiles de enero de 1964: “cuando las camisas blancas
pretendieron conquistarme con sus banderas de tres colores. Al tercer día ya no
había blancura sino veintiún paños teñidos de sangre” (p. 22); hasta que el
canal pasa a manos arpías de nacionales.
Salud, dinero y amor (ps
23-31). El gorilato, golpes de Estado y presidentes mequetrefes, republiquetas.
Imposición del estado de facto y la política del terror para preservar el régimen
autoritario y militar. “Si el ejército dice que usted hizo granizar, usted lo
hizo y punto” (p. 26). Adulación y servilismo. La patria, ellos mismos. Referencia:
literatura de los patriarcas y dictadores.
Del béisbol a la guerra
(ps 33-36). Invasión gringa a Panamá, 1989. Narra un defensor de la soberanía. La
intertextualidad del cuento se da en breves fragmentos testimoniales que refieren
el inicio de la acción imperial. “Los invasores nos persiguieron hasta que
rompimos filas y buscamos cómo regresar a nuestros hogares. Cada quien eligió
su ruta” (p. 36). Frustración.
Cómo te gustan los teleculebrones (ps 37-45). Dos hechos históricos y una acción cotidiana tienen lugar
en este cuento: el 11/9 (torres gemelas, Nueva York), captura de Noriega por invasores
gringos y el hábito telenovelero de una mujer inmóvil o en estado vegetativo, a
causa de una bala que penetró su cabeza; los gringos la desgraciaron. Narración
correlativa de hechos y acciones. Perspectiva: todo es producto de un mismo
negocio que produce guerras y víctimas inocentes. Recursos por excelencia: manipulación
mediática y patrioterismo. La transcripción de noticias acerca del 11/9
funciona como intertexto.
Fiestas patrias (ps
47-57). Modas. Nacionalismos. Patriotismos. Influencias extranjeras,
específicamente gringa. Sincretismo cultural y alienación. El debate se
concentra en el uso de símbolos sagrados en festividades o manifestaciones ciudadanas,
específicamente los colores de la bandera nacional en prendas de vestir.
Pregunto: ¿Hasta dónde es representativa una bandera en un estado multiétnico?
Adopción de valores foráneos. El cuento se narra a partir de una entrevista, un
joven que protestaba por el Canal sufrió una agresión, lo despojaron de su
suéter con los colores de la bandera panameña. Al final, el desplante que
encierra otra realidad histórica nacional: el joven despojado de su prenda, exhibe
un tatuaje en la parte superior de su tetilla izquierda, la bandera de los
Estados Unidos.
Róbinson, en Territorio de la oruga, penetra la Historia, la retuerce y juega
con el lenguaje, desde acontecimientos quizá definitorios de la Panamá actual.
No es que haga Historia, son pretextos-referencias para activar la imaginación de
lo que pudo ser u ocurrió, sin que todos se dieran cuenta. Articula hechos
desde la ficción y los adhiere a realidades que también entrañan el imaginario
popular.
En el juego del lenguaje se orquesta el
cuestionamiento de fondo, las historias no están a tono con lo establecido ni
con lo que se ha construido como sociedad. Por eso la necesidad de su recorrido
histórico, desde la Hispania mora, colonialista y tirana; el desgarre de Nueva
Granada y el génesis de un nuevo país con la pretensión, finalmente lograda,
del Canal; el asentamiento militar USA; la masacre perpetrada a estudiantes el
9 de enero de 1964; la invasión gringa a Panamá el 20 de diciembre de 1989,
expresión de la guerra fría y de la corrupción que desembocó en la extradición
de Noriega.
Diversas técnicas y estrategias
narrativas son empleadas en estos cuentos, a saber: el diálogo lineal polifónico
y teatral; el paralelismo temporal histórico desde la cotidianidad, generador
de tres vertientes de la historia que se cuenta; la entrevista, donde la teleaudiencia
interviene en la creación del cuento; la intertextualidad; narradores diversos:
protagonista, observador y omnisciente.
Desde la combinación realidad-ficción y
lo histórico-literario, se escudriña costes e implicaciones sociales y
culturales de la identidad panameña. Lo que importa al autor, más que la
Historia misma, es el tejido cultural y sus rémoras, los patrones de conducta
que pueden ser recurrentes en una sociedad Peter Pan. La irreverencia y el
humor es lo que enriquece esta obra. Más que la verisimilitud sugerente lograda
en los cuentos, la provocación es dinamo para la interpretación y la reflexión
del lector.
Es una obra que entretiene y juega con
el lenguaje, pero también transgrede convenciones sociales y supuestas verdades
históricas; tiende, desde el hecho literario, a la pluralidad de valores y de perspectivas.
Y finalmente, el libro de Róbinson
tiene un subtítulo entre paréntesis: o
“Mariposas con el síndrome de Peter Pan”, que vale comentar:
Considero que solo al término de la
lectura es posible encontrar el significado trascendente del subtítulo. Al
margen de las consideraciones psicológicas acerca del síndrome referido, me
queda clara la crítica definitoria que da el puntillazo a esta obra del
panameño David C. Róbinson O. Sin duda, la puntal de su evolución como
narrador.
La inmadurez y el narcisismo no solo
son al individuo, también a la sociedad. Se puede crecer en el PIB, pero
siempre seremos enanos si no emprendemos verdaderos procesos de transformación.
No es cuestión de permanecer en oruga, es decir, nadando en nuestras cuitas
histórico- culturales, en nuestras apetencias irracionales. Hay que
evolucionar, crecer de verdad, desde lo substancial humano, aunque sigamos
jugando a la ficción de que esto sea posible.