Leadimiro González (Panamá)
Las demás vocales formaron un gran alboroto, porque vieron a la pobre O tendida en suelo.
Al cabo de un rato la O se levantó desorientada y se preocupó, pues si no regresaba al tablero a tiempo los niños ya no podrían escribir correctamente.
En lugar de escribir la palabra amor, escribirían “amr” o en vez de escribir bote, escribirían “bte”. Las palabras ya no serían las mismas.
En eso pensaba cuando de pronto escuchó:
—Psssss… pssssss…
La O miró hacia arriba y vio a sus compañeras.
—¡No te preocupes, te ayudaremos! —exclamó la consonante R.
Las vocales A E I U estaban muy angustiadas por su compañera. Se reunieron todas las letras del alfabeto entonces para buscar la forma de ayudar a la O.
—Hay que apresurarse —dijo la consonante N.
—¡Ya sé! —gritó la vocal A—. Nos agarraremos hasta llegar a la O y así la subiremos.
A todas las pareció buena la idea y enseguida se entrelazaron unas con otras. En el preciso momento en que los estudiantes entraban al salón de clases las letras alcanzaron a la O y la subieron enseguida al tablero.
Las vocales estaban muy aliviadas y contentas: habían ayudado a su amiga y nuevamente los niños podrían volver a escribir correctamente.
No hay comentarios:
Publicar un comentario