Poema del egipcio Ahmad Elshahawy. Traducción de: Mohamed Abuelata
quiere decir
que no hagas reproches,
que no te canses,
que la estrella en su espejo se apagará,
que un camino abrirá paso a otro hombre,
que en el espejo verás una cara negra,
que no pidas a Jesús levantar a tus muertos,
que no tejas con débil hilo tu secreto,
que no mendigues recuerdos al olvido,
que no enciendas fuego en el desierto de un otoño,
que no ordeñes la sombra de un toro en una noche muerta,
que no midas los versos y abandones la música,
que no caigas como los sabios,
que no invoques a Dios para salvarte del esplendor de la unión,
que no subas a una mora para cubrir con una hoja el sexo de una mujer,
que no escarbes en el idioma más allá de lo que haga el silencio,
que no imagines en lo alto una luna,
-porque no es más que una gota de sangre-,
que no descartes el nombre de una mujer en un texto que has escrito para perdurar,
que no te avergüences de caer vencido en el rastrojo como una nube vacua,
que no abras una puerta ciega,
que no gastes tinta elogiando a una mujer
que recoja tus errores como uvas en un colofón abierto.
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