Guillermo Naranjo (Costa Rica)
Recuerdo ¿a?
Aquella que parió
mil hombres
sin derechos a que
su vagina se cansara;
la que se llenó de venereas
y crió a sus hijos
parada en una esquina
y enmudeció sus besos
cada vez que alquiló su cama
e hizo de su profesión
un delito.
Lloró sólo de día
pues la noche era su protectora;
murió sin que ninguno
de sus amantes
le llevara flores.
Soy un trozo de hierba amarilla
que espera agónica,
las bendiciones de tu sexo.
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