Un niño ve
nacer la poesía en una extraña jarra de Guadalajara
Y al asomarse
otra vez,
¡jala la jarra
y la agarra!
el niño vio que
la poesía
nacía en una
jarra de Guadalajara,
toda desnuda,
toda plena de abejas,
pariendo su
siglo, recogiendo la vida,
temiendo su
vilo, juntando sus grandezas.
¡Jala la jarra
y la agarra en Guadalajara!
Desde entonces,
con razón, Mateo sabe,
que todo nace y
todo se va disponiendo
como el poema
de un niño in crescendo
en una extraña
jarra de Guadalajara,
cantando sus
travesuras y existiendo.
¡Viviendo y
poetizando! ¡Amando!
¡Jala la jarra y
la agarra en Guadalajara!
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