Mi Esqueleto y Tú
Silencioso y pensativo
por la vida me ven,
es porque no me den
la alegría de unos festivos
ojos que me miren.
Mi placer es tanto,
al contemplar el esqueleto humano
que cuando miro una mano
con cartílagos y filamentos,
sé que al hombre pone andar
el esqueleto apendicular y
sus extremidades inferiores y
los huesos de la cintura pélvica.
En el silencio siento pasar horas tras hora
con un movimiento lento el tarso,
metatarso y la falange.
para poder así amada mía
dar movimiento a mi mano
y acariciar tu tez fría.
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