Tu Rostro en Octubre
Impregnado tu rostro
en aguas octubrinas.
Insomnio en la memoria y cuerpo…
Hay sed entre lunas
estériles…
Y la tierra…
Enciende la lluvia en mi
cuerpo
y te veo vagar
entre meridianos,
en los pregones del céfiro
y en las voces...
Me has encadenado a tu
piel…
Vorágine de caricias
anidan en el pecho.
Tibian las ilusiones como
linternas de pueblo,
sílabas ebrias
golpean mis poros…
Aún veo cáscaras retoñando
entre las lluvias y
guitarras,
exasperadas cantan poemas al amor…
Luz octubrina enmarañada de
hechizos.
Circulan en las arterias
vivas… Versos
y un faro de recuerdos.
Eres un rostro esculpido de
seducción,
inmortalizado en la memoria de mi piel…
Olor de lluvia dulce liba
placer,
palpitan los nardos
y el pincel en mis dedos…
Hoy vivo
con el relicario de tu
rostro.
Desnudo mis manos entre tu
epidermis…
Suenan las campanas del mar
audaz
y dejan sus pentagramas
junto a las algas.
Palpita el sol húmedo en
fibras hondas
sobre el ánfora de barro.
Se inunda la jarra
octubrina de presagios
y un trozo de azabache
cual fuerte pedestal.
Se derraman las purezas de
las perlas
se engarzan vidas
y renacen tintas…
Voces, suspensos y
hogueras.
Estoy atada al vaivén de
tus mundos,
sigo desgranando recuerdos…
Vuelve a encender el mar de
la vida.
¡Octubre!
Yacimiento de aguas, amores
y magnolias.
¡El planeta vivo fértil!
Se almacena el polen de
ilusión en venas.
Florece el rencuentro…
Silvestre hechizo…
Estallan las aguas
crecen espacios siderales.
En nuestra carne… Tibieza…
Existencia humana.
La lluvia empapa la sangre…
Un susurrar de hiedra
perfuma el espacio.
Silencio octubrino teñido
de caricias…
Crece el beso…
Tomo tus mieles.
Se desliza el astro con
llamas en la piel,
se perforan paredes púrpuras
¡Ya no somos sombras… somos
luz!
Se rompe tu silencio
como rama lánguida,
Enigmas…
Suspiros en ojos octubrinos
aprisionados entre
luciérnagas;
La lluvia borra tu desdén
y desborda la copa
enclavada en el pecho.
¡Estoy Cautiva!
Volaron sin alas los sueños
Ondean las sombras…
¡Amarga realidad!
Se apaciguan las palabras y
venas leñosas…
Lloverá siglos.
Reviven angustias
en mi áspero destino.
¡Existes! Entre maderos,
calles húmedas
y calendario octubrino.
¿Se durmió la lluvia?
Fuiste a cruzar otros
océanos
entre los amaneceres…
Un sólo eco…
Aguardo.
Ilusiones desgajadas,
sombríos recuerdos
¡Aún fluye lo mismo!
Herrumbre en mis adentros
todo parece un constante
navegar,
amaneceres en suspensos
aguardo sin razón.
Quisiera ser pez o gaviota
errante
¡Triste, amarga soledad!
Fuerte! Gracias
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