domingo, 24 de abril de 2011

1948: TROCHAS DEL DOVIO HACIA ROLDANILLO, 4:00 A.M.

Fernando Vargas Valencia (Colombia)

(A mi abuelo Alberto Valencia y en él,
a todos los campesinos de Colombia)

Mientras corrías hacia el refugio,
tu mujer preñada, a lomo de mula,
el primero de tus hijos aún en brazos,
soñaste una ventana
clavada en el corazón de una metrópoli
donde trazaste tu propia imagen
a través de las fuertes voces que,
con promesas de muerte,
detuvieron tu paso.

Caminaste las trochas machete en mano.
Abriste caminos con tu sombra a cuestas
en medio de balas asesinas,
de hombres con sombreros altos y caídos
pañuelos azules al cuello
y escapularios brillantes
cuya luz les manchaba la camisa.

Te cruzaste con Pedro Antonio,
le sonreíste y silbaste como un ángel enjaulado.
Los asesinos no pudieron seguir tu rastro,
el pájaroverde y el mancogutiérrez
titubearon ante el brillo mágico de tu machete
que se iluminó con la sangre
de los buitres y los cuervos.

Es por ello que cada vez que hablabas,
altivo y generoso,
un canto de mirlo herido te seguía
cuando reunías a los hombres en la Plaza.

A lomo de mula recorriste los filos escarpados,
soñaste una tierra más digna y vocinglera,
menos silencio cómplice,
como el triste cementerio de Quebrada Nueva.

Con machete puliste la tierra sobre la cual
tus hijos construyeron sus casas.
Poblaste lo que ahora es una ciudad torpe
y que a tu llegada era apenas una aldea
para cultivar hortalizas y frutos.

Empuñaste la sangre de cada uno de tus hijos,
los salvaste de las balas, las matanzas y el hambre
con dignidad de campesino,
con voluntad de obrero silencioso.

En medio de la tristeza siempre esuvo a tu lado
una mujer vital para seguir luchando,
mujer sencilla y noble
la única capaz de descifrar el brillo de tus ojos
análogo al filo de tu machete.

En algún pueblo perdiste la mula.
En alguna ciudad extraviada descansaste las heridas
que el polvo del monte iba cicatrizando.

Llegaste al mundo de los muros,
a ese extraño círculo inventado de las máquinas.
Tu machete seguía cuidándote
en medio del entablado de tu cama.

La pared en blanco fue la promesa y la victoria.
Épica cenicienta de los amigos
muertos y recordados.

Un día, tu cuerpo no contuvo más
tanto camino y trocha.
Tu silencio, cada vez más diáfano
inmortalizó, en lo más profundo de su inocencia,
el cruce de miradas con los fantasmas
que dejaste en la montaña.

Ahora pasa tu tiempo
frente a la ventana que un día soñaste,
esa misma que tu fundación mítica
clavó con un alfiler negro
en el corazón de la metrópoli.

Ahora sé qué es lo que tanto miras en ese cielo
repetido
a través del cinematógrafo de tu ventana:
estás mirando al Hombre en su esplendor
y en su locura,
estás recordando la victoria
que aún no alcanzamos
pero que soñaste una noche de incendios
cuando el miedo despertó a tu mujer preñada
y te entregó, para la fuga y la señal,
el fuego enorme de tu machete.

domingo, 17 de abril de 2011

Erotismo entre las Péyades

Cindy Rubatino (Panamá)

Cargas mis masas con tus propiedades magnéticas



Y llena mi pelvis de tus partículas elementales



Como la velocidad de la luz en el vacío


y la constante progresiva


Soy quántica y elástica


Cosmológica al llegar al éxtasis


Y nunca, nunca de ti me hastío.




De ti quiero cantidades globales


Tus cargas y descargas


Hasta que no haya gota de energía


en tu universo.


Porque no,


Nunca me hastío




Soy intensa en la descarga,


Gravitatoria en el lecho,


Electromagnética a tu pecho,


Nuclear para sudar,


Y débil para no perdonar.

domingo, 10 de abril de 2011

Un poema de Gillermo Naranjo (Costa Rica)

Guillermo Naranjo (Costa Rica)

PROSTITUTA

Recuerdo ¿a?

Aquella que parió
mil hombres
sin derechos a que
su vagina se cansara;
la que se llenó de venereas
y crió a sus hijos
parada en una esquina
y enmudeció sus besos
cada vez que alquiló su cama
e hizo de su profesión
un delito.

Lloró sólo de día
pues la noche era su protectora;
murió sin que ninguno
de sus amantes
le llevara flores.

Soy un trozo de hierba amarilla
que espera agónica,
las bendiciones de tu sexo.

domingo, 3 de abril de 2011

CIELO DE PLASTICO

Cristhian Santos (Nicaragua)

Yo mujer de cuerpo

y alma latiendo

Te pregunto criatura
Si tu madre
Es muerta
Y tu padre
¿Esta Perdido en licor?

Yo te pregunto criatura
¿Como es
Estar drogada y abusada?

Te pregunto criatura
¿Como vas a respirar?
Si dentro de tu cielo
Tu cuerpo esta tendido
En un bolson de plastico
¿En la acera bajo el sol?.

Yo te pregunto angelito
¿Vos sabes porque esto te sucedio?

Con mi cuerpo y alma en temblor
Me confieso ante vos
que ni yo
Ni yo ni nadie educo a tu papa
Ni yo
Ni nadie ayudo a tu mama.
Y ni yo ni nadie
Te queremos ayudar a estudiar.

Y ni yo ni nadie te ayudamos
Cuando cuando estirando la mano
en la calle brincabas bajo el sol.
Y ni yo ni nadie
Te ayudamos a salir de la luz de los semaforos.
Y ni yo ni nadie
Te dimos una casa
Y ni yo ni nadie
Te llevamos a dormir a tu cama
como Dios manda
a las criaturas de tu edad como vos.