domingo, 25 de abril de 2010
Dignidad (Moravía Ochoa-Panamá)
Uno al espanto le puso punto en boca
amelló el filo del aire para seguir de pie
abrió la puerta y puso hamacas
extendió los pasadizos
Multiplicó los espacios de la casa
se abrió a la madrugada
al rojo sol martirizado
amor, y mentira si te digo
que me acordé de ti por tus dos ojos
no te lo he preguntado pero sé
que moriste con todo el que moría
y ambos ahora somos sombras
sobrevivientes
lo que queda del ultraje:
vergüenza
dignidad
domingo, 18 de abril de 2010
EL RAYO QUE NO CESA
MIguel Hernández-España
1Un carnívoro cuchillo
de ala dulce y homicida
sostiene un vuelo y un brillo
alrededor de mi vida.
Rayo de metal crispado
fulgentemente caído,
picotea mi costado
y hace en él un triste nido.
Mi sien, florido balcón
de mis edades tempranas,
negra está, y mi corazón,
y mi corazón con canas.
Tal es la mala virtud
del rayo que me rodea,
que voy a mi juventud
como la luna a mi aldea.
Recojo con las pestañas
sal del alma y sal del ojo
y flores de telarañas
de mis tristezas recojo.
¿A dónde iré que no vaya
mi perdición a buscar?
Tu destino es de la playa
y mi vocación del mar.
Descansar de esta labor
de huracán, amor o infierno
no es posible, y el dolor
me hará a mi pesar eterno.
Pero al fin podré vencerte,
ave y rayo secular,
corazón, que de la muerte
nadie ha de hacerme dudar.
Sigue, pues, sigue cuchillo,
volando, hiriendo. Algún día
se pondrá el tiempo amarillo
sobre mi fotografía.
domingo, 11 de abril de 2010
Atrapasueños
Melanie Taylor (Panamá)
al firmamento húmedo de la esperanza
la caléndula se abrirá perfumada
ante la firme y viril promesa
El atrapasueños gira
ondula
¿será la noche fecunda?
domingo, 4 de abril de 2010
EUKARYSTÍA
Fabricio Estrada-Honduras
No siempre fue el amor
El rayo empuñado que primero enceguece y luego
Calcina con sus besos
Hubo días de amarras ceñidas
Y de falso tacto amasando las olas
Días de estragos
Y de blandas paredes para asestar los golpes
Días de blancas herrumbres
Y de blasfemas plegarias a un dios castrado
Fue aquel amor
Una especie de cirio
Un arrastre de cadenas y salterios
Donde invocaba
Con voz ronca y pesada
La liviandad de un cuerpo sobre otro
El estigma de unos labios
Que marcaban los sitios del placer y la memoria
No fue tan puro el amor
Algo tenía de incierto
De fruta mala
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