lunes, 23 de marzo de 2009

LA INSÓLITA CONSTANCIA


Escribe, lapicillo triste, escribe. Grafito de dolor,

testimonia. Canta, lapicillo, corriendo sobre tu papel de

locura.


Tú estás para crecer, para auspiciar, para afirmar y restañar.

Tú curas, ensalmas, impulsas y enderezas.


¿Qué me importa ahora si la forma pudiera ser movida de sus

perímetros, trenzada hacia novedosos e intangibles efectos?


La poesía no es la vida, pero es su más honda cisterna, su

museo más extenso y su atalaya más alta.


Así que escribe, lapicillo; mira, grafito, testimonia: ofrece sin

demora esos surcos sutiles de pólvora y de música.

jueves, 12 de marzo de 2009

LA PIEDRA DE ROSITA (fragmento de novela)


Paco Moreno (España-Panamá)

Yo tenía entonces seis años y hace ya más de medio siglo que ocurrió esto, pero nunca he logrado borrar de mi mente los gritos desgarradores que daba mi madre cuando se enteró. Muchas noches me he despertado asustado soñando que oía aquellos gritos. A mi hermana y a mí nos mandaron a la cama y recuerdo que ella empezó a llorar y yo la abracé y lloré también sin saber por qué lloraba mi hermana ni por qué daba mi madre aquellos gritos, hasta que los dos nos quedamos dormidos. Desde aquel día siempre vi a mi madre vestida de negro y las ojeras que se le formaron entonces la acompañaron hasta el día de su muerte.

miércoles, 4 de marzo de 2009

Un soplo de barro

Éricka Picado (Nicaragua)


Como un soplo de barro
Así la encontré
Con sus 47 años de palidez al hombro
Con sus muñecas traspasadas por agujas
Sin el brillo de sus ojos
Sin entusiasmo
Sin energía

Como un soplo de barro
La vi llorar
Ni un arcángel recogía sus lágrimas
Y parecía que el tiempo arrugó su rostro
De repente

La recordaba hermosa
Emprendedora
Iluminada por la ternura
Así como hace un año
Llena de vida

Y ahora
Como un soplo de barro
Se desvanece entre mis dedos