domingo, 25 de julio de 2010

Presentación de las confesiones

Belquis De Gracia-Panamá

Seguramente muchos de los que hoy están aquí y los que todavía no han podido llegar, si han visto el título del libro, se habrán podido preguntar …al igual que me pregunté yo… ¿quién es el que odia: la ciudad o el poeta?... bueno, con el permiso de mi amigo David, que me instó a leer el libro para encontrar la respuesta, me permito comentarles que este poeta no es el que odia, así puede verificarse en la impensable mezcla que hizo el poeta de varias de sus vivencias de infancia, adolescencia y adultez, con evidentes dejos de denuncia y crítica social… es así porque ¿quien que odie a la gente se dice amigo de la gente? de hecho en la parte de atrás del libro se lee textualmente: David Classen Robinson Orobio, se ve una foto en su pose del pensador y abajo puso: docente, escritor y amigo... lo que puedo ratificar y con mucho cariño y admiración!


En este libro de bolsillo diseñado como para llevarlo siempre cerca del corazón que late, muestra una viva evidencia desencantos, miserias, sarcasmos, nostalgias y sueños, de la manera más cruda y tenaz en que alguien pueda escribir trazos de su propia vida ¡a corazón abierto!... a veces se presenta impecable, como decía antes, con la denuncia en alto, de los fallos o errores sociales, a veces se le percibe jocoso, deportista y hasta patriótico… en una gran parte, con una ternura incólume que se ve muy despierta cuando recuerda la humanidad: humildad y angustias, de la madre que le gestó y le vio crecer… él sacó la nata de sus recuerdos y sus emociones e hizo, sin darse cuenta, una especie de liga tipo “elixir de la vida” para no olvidarlos cuando ya la edad no le permita recordarlos, esa mezcla muestra también y sin tapujos, algunos… “inconvenientes sociales” y su vinculación con su típico vivir alrededor de gente querida o admirada y otras que por poco deja por fuera...

Se denota también en alguna parte del texto, que vivencia rebeldías y enfrenta con valentía las cosas que no podrá evitar por más que quiera, así como cuando le cambió la voz y le empezó a crecer el bozo, quiero decir, todo lo que arrastra esa pubertad juvenil que empieza a estirarse por dentro y por fuera en todo ser humano en cualquier parte del mundo y que todos aquí conocemos muy bien.


Incluyó David, perdón Joaquín (su pseudónimo) en varias páginas, pensamientos de su querido colega y también amigo, Héctor Collado, quien empatiza con él resumiendo ideas de desencantos, esperanzas y reflexiones.


Termino comentando al final… la portada… como buena zurda que soy… (a veces miro de atrás para adelante)… que al final creo que entendí la foto achurrada de la portada en la que aparece él (como imagen autobiográfica) con unos 8 ó 9 años de edad… seguramente estampando de esta forma, la época en que empezaba a experimentar y conocer como todo niño de su edad, las cosas de las vida, hasta que empieza a crecer y con ello, a llenar su cofre de experiencias con lo bueno y malo que nos trae la vida, sin avisar… sin manual de instrucciones… ese cofre a estas alturas de la vida debe estar llena de aleccionadoras experiencias o de… razones… motivos… argumentos… que nunca terminan ¿cierto Joaquín, perdón David?. Jajaja…. Así que esperemos que no se declare en huelga y a sus 99 estemos allí todavía y tengamos buena vista para leer la segunda parte de las confesiones de un poeta con risa de chapa blanqueada!


Gracias, esperamos les guste… ¡por favor no se agolpen que hay bastantes!

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