domingo, 8 de marzo de 2015

Poema de León Salvatierra (Nicaragua):

El regreso
Cuando yo me fui de Nicaragua, estaba sola
habían corrido como yo, los jóvenes
habían desaparecido los jóvenes
las mujeres, los ancianos se habían ido, los niños
y las canciones. El viento y la aurora.
Fue en mil novecientos ochenta y ocho cuando me fui.
Nicaragua estaba sola.
Quedaron las bancas en el parque
(talvez una persona caminaba por ahí).
Yo tenía quince años cuando me fui de Nicaragua.
Nunca más se escuchó el hablar de Rigoberto.
En su pecho cayeron las balas como perlas.
César y sus dos hermanos se perdieron.
Carlos cayó en la montaña.
Las calles también desaparecieron.
Mi casa estaba sola
mi padre ya no estaba.
Mi madre
mis hermanos (Solos).
El palo de mango y el almendro se fueron.
Las hormigas lentamente caminaban a la sombra.
Yo caminé a la sombra.
Mis vecinos, los de la casa grande,
iban comprando un sueño:
llegaron a los Estados Unidos
desde Managua a Miami
en vuelo directo.
Yo me fui mojado.
Pasé varias noches mojado.
Volando sobre ríos,
volando sobre huertas y caminos.
Siempre volando.
Pasé por Guatemala, México y finalmente
llegué a los Estados Unidos de América.
América no fue el nombre de mi amada,
América fue mi sueño paralítico.
América no era mi casa
provista de gente y articulaciones,
era Buses,
carros
camiones.
Fuerza Brutal. . .
Hombres blancos,
negros,
café. . . todos los colores.
Bajo su rostro blanco
cubría verbo y vergüenza.
América no estaba sola.
Fueron años oscuros, el sol caía a diario
sobre mi cara.
América no pudo esconder más
mi estadía.
Un día más
no pudo esconderme
y me dejó regresar.
Puso un sello en mi pecho y me dio alas.
En mil novecientos noventa y nueve
un hombre va entrar a otra Nicaragua.
En mil novecientos noventa y nueve
Nicaragua
sigue estando sola.
En mi casa, rodeado de familia y memoria.
No volvió el palo de mango ni el almendro.
Las hormigas continuaron en la sombra:
mi madre, mis hermanos…
En mil novecientos noventa y nueve
Yo también estaba solo en Nicaragua

1 comentario:

  1. Sin embargo, Hermano mio, Nicaragua no esta sola, tiene tu voz, tu poesía, tu pensar, tu amor por esta patria nuestra, que clama por el regreso de las juventudes pasadas y presentes para que ella misma regrese a su estado anhelado. Un Cortador de Cocos en la playa como vos. Gran León...

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