domingo, 10 de febrero de 2013

Poema de Kenia Patricia López (El Salvador):


Kenia Patricia López (El Salvador)
1
Miro tus ojos
y abro la dura coraza
que envuelve al niño
que juega en la oscuridad.

2
La hora de mi muerte marcará la huella
que el semen de mis palabras
dejó en la montaña de tus sienes.

3
En la acera todo se cae.
Y el viento por fin
recogió tus labios.


4
La distancia es mi cruel enemiga
verduga de dos filos
la desnuda figura que te abriga
en tu miedo
en mi ausencia
en tu silencio
y el mío.

5
Me cansé de sábanas blancas
han absorbido el veneno acuoso de tus costillas.
Decidí,
mudar tu piel de mi cuerpo.

6
Deseos nadan en tu mirada letal.
¿Qué más da?
No existen lámparas mágicas
y no soy genio para concederlos.
7
No supliques
ahora me niego a escuchar el grito
desde tu vientre desgarra
 las paredes de mi habitación
tragándose mis espantos
y la sombra del hombre que ayer fui
y no seré más.

8
Todo se tiñe al color de tu piel.
A ti,
que gustas perderte en tierras ajenas
invito a explorar cada rincón de mi ser
invade mi geografía ecléctica
incendia mis países cervicales.
Viajero,
sé el último en corromper
mis hemisferios virginales.

9
La lluvia nocturna marca mis huellas
sumerge su cabellera en la llaga crédula de mi ausencia
abraza su tristeza
en un vocablo congela su agonía.
Lluvia nocturna en las sienes del abismo
ata una piedra a su cintura
y confiesa a su reflejo lo feliz del olvido.
Besa suavemente la luz de la vela
y se funde en el tic tac del reloj.

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